domingo, 30 de octubre de 2011

El abono verde

El abono verde es una muy buena alternativa para enriquecer en nutrientes el suelo de nuestra huerta. 


Se trata de una técnica de abonado a partir de un cultivo de plantas leguminosas. Una vez  desarrolladas masa vegetal de las plantas, son trituradas e incorporadas al suelo.


Cultivo de habas en flor para segar.


Las leguminosas son capaces de fijar nitrógeno atmosférico gracias a las bacterias que establecen relaciones simbióticas con las raíces de estas plantas. Nitrobacter es un género de bacterias capaces de transformar el el nitrógeno gaseoso en nitratos y nitritos que son las moléculas que pueden captar las plantas de nuestra huerta.


Para aplicar un abono verde debemos comenzar sembrando un cultivo leguminoso como alfalfa, vicia, guisantes, habas o lentejas. Una vez crecido tenemos que segar para dejarlo secar al aire e incorporarlo al suelo mediante laboreo. La realización de la siega e incorporacion al suelo de la masa vegetal tiene un momento ideal, que es cuando aparecen los primeros brotes florales o las primeras flores, ya que la mayoría de las plantas extraen nutrientes del suelo a partir de la formación de granos o semillas cuando empiezan a absorber los nutrientes del suelo. 

Algunas de las propiedades del abono verde son:

      - Incrementa la fertilidad del suelo mejorando su estructura.

      - Fija nitrogeno atmosférico.
      - Protege el suelo de la erosion y de la radiacion solar.
      - Recupera los elementos libres y evita su lixiviacion por el riego o las lluvias.
      - Favorece la humificacion y descomposicion de toda la materia organica leñosa presente

        en el suelo.
      - Incrementa y protege la fauna útil, es decir, mariquitas, lombrices y microorganismos 

        descomponedores del suelo.
      - Las raices atacan la roca madre liberando nuevos nutrientes y movilizando nutrientes de 

        difícil asimilacion por las plantas.
    

miércoles, 26 de octubre de 2011

Recolección del maíz

Antes de que lleguen las lluvias otoñales hay que cosechar las panojas (mazorcas) de maíz. Las hemos cogido  una a una y las hemos ido seleccionando; unas, las que estaban en mejor estado, para moler y las otras para alimentar a las gallinas y pollos.

Antes de hacer nada con ellas tenemos que dejarlas secar para garantizar su conservación y facilitar el proceso de molido, ya que las piedras del molino se atascan con la humedad y no obtendremos buena borona (harina de maíz).

Para secarlas, se apartan las hojas que recubren la panoja y se van trenzando unas con otras de la misma manera que lo podemos hacer con los ajos o las cebollas. Así las colgaremos, en pequeños manojos para que no pesen demasiado, en un lugar seco como puede ser un balcón orientado al sur.


Por el contrario, las panojas en peor estado o las comidas parcialmente por los córvidos las hemos desgranado para dárselas a  los pollos y evitar que se pierdan por la acción de algún hongo.


martes, 18 de octubre de 2011

Asalto al maíz

Las cornejas están asaltando las mazorcas de maíz (panojas las llamamos aquí). Es increible ver combarse la planta de maíz con el córvido encima. Parece un equilibrista del circo. 


Así dejan las panojas los muy...





¿Este año podremos hacer harina?

viernes, 7 de octubre de 2011

Caricos al sol

El otoño ya está encima y seguimos trabajando. Después de cuidar durante 4 meses el maíz y los caricos que veis en la foto llega el momento de la cosecha y de pegarse el posterior festín.

Alubia y maíz en Junio.

Las vainas están cargadas de alubias y comienzan a secarse. La recolección la realizamos de forma manual pues tenemos que ir arrancando las vainas secas y dejar en la planta las que todavía no lo están para que se sequen. Después las pondremos unos días al sol para que se endurezcan y podamos desgranarlas mejor.

Vainas secas y listas para la recolección.

El desgranado lo hacemos, al igual que la recolección, de forma manual. Primero se abren las vainas para extraer las alubias y después se escogen las que estén dañadas.

Por último se ponen a secar unos días al sol antes de guardarlas en la despensa.

Alubias secando al sol.

La conservación se puede realizar de varias formas. Quizá la más efectiva sea la de guardarlas en el congelador dentro de un saquito de tela para que respiren. También se pueden guardar en tarros de cristal o al vacío. De cualquiera de las maneras es aconsejable almacenarlas en un lugar fresco, seco y oscuro.