martes, 10 de mayo de 2011

El cultivo en exterior. Los tomates

Con los primeros días de mayo y el buen tiempo, llega la hora de transplantar las plantas del semillero a la huerta exterior.


Tomates, pimientos, puerros, calabacines, pepinos, y un largo etcétera de cultivos van llenando la tierra. Poco a poco iremos viendo las peculiaridades de cada especie. En esta ocasión hablaremos de los tomates.


Aquellas semillas que plantamos en la luna menguante de enero ya están listas para salir del invernadero al exterior. Miden unos 25 cm de altura y durante un periodo de casi un mes hemos ido aclimatando las plantas a las condiciones exteriores.



La tierra debe estar suelta. El tomate hay que plantarlo profundo, enterrando incluso las hojas inferiores. El marco de plantación es de al menos 40x40 cm. Es importante no plantarlos demasiado juntos pues adquieren gran tamaño.

Al finalizar la plantación debemos regar de forma generosa, aunque sin ahogar la planta, para evitar que sufra estrés hídrico y tarde en agarrar. 

A medida que vayan creciendo las plantas mostraremos los cuidados que necesitan para conseguir unas plantas sanas que produzcan ricas cosechas.

Si recordáis, hace casi un mes plantamos los tomates del invernadero. Ahora alcanzan el metro de altura y están cargados de flor, e incluso de tomates verdes que crecen día a día. En las siguientes fotos padéis verlos:



Si os fijáis, en el tomate de la izquierda hay unas manchas blancas. Se tratan de mudas de pulgones, una plaga muy común si tenemos un tiempo seco. Mañana pondré a preparar caldo de ortigas para tratar los tomates, ya que este barato y natural remedio es un insecticida bastante efectivo. Otros remedios sería la apliación de agua jabonosa o fomentar la presencia de los predadores naturales (mariquitas, crisopas, etc).
  

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